miércoles, 11 de junio de 2008

io sono con i rom

El domingo pasado mi cámara y yo fuimos a Roma a manifestarnos contra el racismo y la xenofobia y por el reconocimiento de los derechos del pueblo romaní italiano.
A pesar del miedo que me habían metido en el cuerpo no hubo incidentes, fue una marcha pacífica y festiva que empezó en el Coloseo y terminó en el centro social Villaggio Globale con la intervención de diversos oradores y un concierto. Era la primera vez que el colectivo autoorganizaba una manifestación, y fue todo un éxito. El primero en su camino a la igualdad de derechos, esperemos.
Estaban allí, en representación del colectivo gitano español, Juan de Dios Ramírez-Heredia (el que fue diputado por el PSOE y eurodiputado por el PSE), presidente de la Unión Romaní; Antonio Torres Fernández, vicepresidente y Manuel García Rondón, secretario general.

La situación de los gitanos italianos es alarmante. No sólo por el clima de los últimos meses, por las agresiones, la quema de campamentos... viene de más lejos.
Hay gitanos que, llevando 40 años en el país, no sólo no tienen la nacionalidad, sinó que ni siquiera tienen un permiso de residencia. Los niños nacidos en Italia, con 5, 10, 15 años, no tienen documentos, no son oficialmente italianos, no son de ninguna parte.
Les es imposible ir a la universidad, encontrar un trabajo mínimamente digno o una casa.
Las condiciones de vida en los campamentos son tan extremas que la esperanza de vida media de un gitano en Italia es de 35 años.

Los mensajes que más se repitieron:

La mayoría de los romaníes no son nómadas por tradición o cultura sinó por necesidad. Todos los que hablaron conmigo me decían que si yo les daba mi casa, ellos me daban encantados sus rulottes.
Lo que quieren es un futuro para sus hijos, y que se les reconozca que son italianos.

Aunque fui sola, no me sentí sola en ningún momento, hablé con mucha gente interesante y superé prejuicios que también yo albergaba. Además, tuve el honor de terminar el día de la mejor manera posible: cenando con los señores Ramírez-Heredia, Torres y García Rondón en una pizzería del Trastevere. Es increíble lo que una puede aprender, y lo que puede reírse, pasando 3 horas con estos señores.

2 comentarios:

Martine dijo...

Mira Berta, te lo digo en mi Blog y te lo repito aquí, ERES LA H.... de SOLIDARIA, para mí la mejor de las virtudes, demuestras una EMPATIA envidiable, Inch'allah todo el mundo gozará de la misma!

Bacci mille BRAVA, BRAVISSIMA!

berta dijo...

uy uy no no
no soy la hostia de nada... gracias, de todos modos, pero fueron ellos que quisieron dejarse conocer. yo sólo fui allí a ver qué decían.

un bacio zingaro!